27.5.10

CON HAMBRE DE FIESTAS

Representantes de la cuadrilla Komando Patxarana en el Festival de la Morcilla 2010

Toda fiesta siempre tiene presente la gastronomía como pieza importante en su celebración. De hecho la gran mayoría de las personas recuerda más un buen plato que un buen baile. Aunque cabe decir que la mezcla de ambas asegura el éxito en cualquier festejo. El cocido madrileño en las fiestas de San Isidro, el pescadito frito en las Ferias Andaluzas o la sabrosa paella en las Fallas de Valencia, son algunos de los ejemplos más conocidos en esta mezcla entre diversión, comida y bebida del folklore español.

Se puede decir que una buena fiesta debe dejar un buen sabor de boca, y obviamente la única forma de poder conseguirlo es degustando los productos típicos de la zona. En toda ciudad y pueblo, se aprovechan los días de las fiestas patronales, ya no solo para disfrutar del baile y del jolgorio, si no también de una buena comida. En el caso de las Fiestas de San Juan del Monte, romería celebrada en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, destaca un alimento muy típico en sus tierras, la morcilla, hasta tal punto que se celebra un Festival de la Morcilla. Este evento, anuncia la llegada de las fiestas y los sanjuaneros y sanjuaneras más valientes, compiten entre peñas para conseguir la mayor cantidad de kilogramos de morcilla consumida durante una hora y media.
Una semana antes de las fechas cumbres de la romería mirandesa, los sanjuaneros y sanjuaneras, ya se visten con la indumentaria característica. Las blusas de cada Cuadrilla, ponen el toque de color a la tarde del último sábado antes de las Fiestas de San Juan del Monte. El lugar elegido en la actualidad, es un plaza del centro de Miranda de Ebro, donde el público asistente puede ver a la perfección el transcurso del Festival de la Morcilla. En el centro de esta plaza se sitúan unas 25 mesas, que ha modo de un improvisado restaurante están destinadas para las Cuadrillas participantes. Al lado de cada una de las mesas, una pequeña barbacoa preparada para empezar a asar las morcilla que sean necesarios.
El olor a morcilla asada puede ser la causa del aumento de público. “Teóricamente esto es el primer acto de las fiestas, aunque hay otros con anterioridad como es la elección de los sanjuaneros y sanjuaneras mayores o la comida conmemorativa del blusa. Pero el Festival de la Morcilla es el más popular. La gente del público acude con un principal objetivo que es la diversión, y por parte de las Cuadrillas hay que sumarle las ganas de participación” comenta el presidente de la Cofradía de San Juan del Monte, Pablo Vergara. Los mirandeses tienen hambre de fiesta y según el presidente de la Cofradía, es tan grande la devoción de los mirandeses por estas fiestas que resulta “difícil de explicar. Todo se engrandece mucho en San Juan del Monte, la gente se involucra tanto que todo llega a magnificarse. Es impresionante”. La misma Cofradía, organizadora del evento, se encarga de entregar a cada Cuadrilla participante, a parte de la barbacoa; sacos de carbón vegetal y la cantidad de morcilla necesaria, que se va pesando y anotando según va transcurriendo el Festival.
Según las Bases del concurso, cada equipo debe estar formado por seis componentes, todos deben de pertenecer a la misma Cuadrilla. Ésta debe de formar parte de la Cofradía de San Juan del Monte. De los seis, uno debe de ser el cocinero, que junto a otros cuatro compañeros, deben de degustar la mayor cantidad de morcilla posible. Como responsable del equipo, el encargado de Cuadrilla, que debe suministrar la morcilla necesaria a su grupo, cada vez que estos lo pidan. Este no podrá comer morcilla, pero si controlar que en las demás Cuadrillas se cumplan las reglas. Roberto Martínez, encargado de la Cuadrilla Komando Patxarana, explica que el Festival de la Morcillas es un concurso en el que lo importante es “pasárselo bien y echarse unas risas con los de tu Cuadrilla, y con el resto también por supuesto. Es un acto muy divertido de las fiestas, hay que disfrutarlo de una forma correcta y sin problemas” El anterior año, el Komando Patxarana se alzó con el título del Festival, tras ser descalificados los supuestos ganadores por haber realizado trampas, aun así consiguieron consumir casi seis kilos y medio de morcilla. Martínez quiere dejar claro que su Cuadrilla, el Komando Patxarana, concursa pera disfrutar, y graciosamente añade que “si te das una vuelta por las Cuadrillas que están comiendo, verás que hay auténticos profesionales comedores de morcillas, unos tragaldabas como se suele decir. Es como si esa gente no tuviese fondo.” Según la Cofradía de San Juan del Monte, la medía de morcillas consumidas por cada cuadrilla es de unos cinco kilos y medio, pero ha habido años en los que los ganadores han llegado a ingestar casi ocho kilos de morcilla. De esto se saca que para participar en este concurso, se requiere tener un estomago de miedo y estar muy preparado para no sufrir una fuerte indigestión.
Para muchos, participar en este Festival es un gran mérito que según Roberto Martínez se debe de probar, ya que “lo importantes es mantener esta tradición por muchos años, para que siga vivo y siga siendo un comienzo divertido de las Fiestas de Miranda” apunta Martínez.
En definitiva, el Festival de la Morcilla es el aperitivo de lo que les espera a todos los sanjuaneros y sanjuaneras en las Fiestas de San Juan del Monte. Una sabrosa forma de empezar y por supuesto de mantener las viejas tradiciones. Y como dice un refrán comiendo pan y morcilla, nadie tiene pesadillas, así que con tanta cantidad de morcilla consumida las fiestas prometen dulces sueños para todos.

LOS ORIGENES DEL FESTIVAL DE LA MORCILLA

Antiguamente, en la romería hasta San Juan del Monte, los romeros se pasaban todo el día en el monte entre actos, bailes, bebida y comida. Desde por la mañana, se empezaban a preparar las hogueras para el asado y entre soplido y soplido para avivar el fuego, las botas de vino rondaban de mano en mano. Otros iban preparando las parrillas para poder asar toda la comida que habían subido en grandes cantidades. Entre tantas cosas, las morcillas que habían comprado, o incluso hecho personalmente con anterioridad en época de matanza. A mediodía el olor del monte se mezclaba con el de la comida, pero entre todos, destacaba el aroma a morcilla asada. “Es un producto que se ha comido muchísimo en Miranda, de hecho en estas fiestas ha sido muy típico desde siempre porque se asaba en el monte. Era muy fácil de llevar y transportar.” explica Pablo Vergara, actual presidente de la Cofradía de San Juan del Monte. El almuerzo se convertía en una divertida fiesta. El vino ayudaba a digerir gustosamente la morcilla, consiguiendo de esta manera recopilar las energías suficientes para volver a la ciudad a última hora de la tarde.
Este evento de carácter familiar y social, fue evolucionando hasta convertirse en el Festival de la Morcilla que es hoy.“Hace treinta años, la directiva de ese momento, decidieron llevar la degustación de la morcilla a un concurso gracioso, un concurso donde la gente pudiese disfrutar comiendo o viendo como comen” dice Vergara. Ningún romero de épocas pasadas podía imaginarse la evolución que han tenido aquellas reuniones entre amigos y familias, y que realizaban todos los años por motivo de las fiestas de Miranda.

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